Ofrenda del lugar
Breviario de un pesimista esperanzado V: Gentrificación en la calle Mezquitán
Ofrenda del abandono
Del lat. mediev. offerenda ‘ofrenda’, y este del lat. offerendus ‘que ha ser ofrecido’, gerundivo de offerre ‘ofrecer’.
3. f. Donativo que se da en algunos pueblos al tiempo de los entierros, para la manutención de los ministros de la Iglesia
5. f. Dádiva o servicio en muestra de gratitud o amor.
“El mundo de arriba (pequeña ofrenda)” es llamado un mural en Mezquitán, un mural que como ofrenda rememora el entierro del barrio tapatío para la manutención de los ministros del sacrosanto capital. La “dádiva amorosa” de la alcaldía-que es entre anaranjada, tricolor y blanquiazul- trae a la clase creativa; clase que en su arte contemporáneo trae la mercantilización y estandarización dentro de su diversidad, y que con anhelo del arte, sin quererlo han logrado silenciArte.
La Guerra Pasiva de los Pasteles entre el despotismo ilustrado y los barrios disidentes.El capital tomando la bazooka de la Alcadía, lanzando pintura color pastel so pretexto del imperialismo inmobiliario. Los que han sido ofrecidos para lograr esa mercantilización han sido los artistas del barrio, sus sueños y expresiones. Esos colores que con su rojo y negro cuentan otras historias, que resisten a sus maneras, que en su anhelos de vivir por el arte y apoyo cultural, han sido abadonados, despojados de oportunidades.La aplanadora activista los tomó como factura para llamar a esos artistas creativos, que desde su mundo de arriba llaman en sus bicicletas a revitalizar un centro, utilizado como ofrenda.
En contra esquina un letrero de una librería que dice “tómalo si lo necesitas”, Ayuntamiento lo tomó todo y lo ofreció al capital.
Lugar vacío
Del lat. vacīvus.
1. adj. Falto de contenido físico o mental.
4. adj. Hueco, o falto de la solidez correspondiente.
6. adj. p. us. Vano, sin fruto, malogrado.
7. adj. p. us. Ocioso, o sin la ocupación o ejercicio que pudiera o debiera tener.
10. m. Abismo, precipicio o altura considerable.
Gente sin casa, casas sin gente. La falta de contenido, el hueco denota la fachada. Casas sin ocupar, gente ocupando casas. El empresarialismo urbano, donde el sector público asume el riesgo y el sector privado obtiene los beneficios, generan lugares, en vez de territorio; generan incertidumbre y desesperación, en vez de seguridad y comunidad. La altura considerable del vació que dejan el futuro de lado por conseguir una gran diferencial de renta. El abismo en la vida que generan las inmobiliarias, la incapacidad de tener vivienda donde dormir, comer, reír, crecer, llorar y jugar; el precipicio generado por la mercantilización de la vivienda.