La nueva soberanía y la propagación de la extrema derecha

Juan Pablo Martínez Díaz
12 min readJun 12, 2022

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La esfera digital como espacio de disputa política

El siguiente ensayo fue escrito entre abril y julio de 2020, a inicios de la pandemia de COVID-19, por lo que su publicación actual responde a poder utilizarlo como referencia comparativa para la actualidad, mas que para un referente de lo que sucede en este momento, donde evidentemente el contexto ha cambiado.

Dos años después el papel de la extrema derecha europea sigue en auge: Le Pen pasó de nueva cuenta a una segunda vuelta presidencial, la cual perdió contra Macron pero con un margen menor, así como se vislumbró en la escena francesa la irrupción de un candidato aún más extremista como Zemmour. Donald Trump perdió la elección hacia su segundo mandato pero la alt-right permanece hegemónica en la dirección del Partido Republicano. VOX se coloca como la tercera fuerza nacional en España y amenaza con formar gobiernos de coalición en diversas comunidades autonómicas. Salvini y Lega llevan meses a la baja al ser devorados por un discurso aún más extremo pero adaptado al momento histórico que vivimos por parte de Fratelli d’Italia.

“Viviremos en cambio en algún nuevo
orden u órdenes, algún sistema histórico nuevo
o varios. Y por lo tanto es probable que conozcamos
nuevamente paz, estabilidad y legitimación relativas.
¿Pero serán paz, estabilidad y legitimación mejores
que las que hemos conocido hasta ahora, o peores?”.

-Wallerstein, 2001.

GIF 1. Grafos de HT2HT y U2HT de #chinesevirus y HT2HT de @realdonaldtrump. Muestran el uso del discurso utilizado en Occidente, particularmente por el ex-Presidente de los Estados Unidos, asimilando la entonces recién surgida pandemia de COVID-19 a estrategias del Gobierno Chino para impulsar su hegemonía global. Elaboración propia.

En una realidad cada vez más incierta, desde el centro hasta las periferias, del Norte hasta el Sur global, donde las desigualdades económicas se profundizan y las relaciones sociales se complejizan, el estallido de la pandemia del COVID-19 acelera la debacle del sistema político occidental, así como hace temblar los cimientos de sus promesas fallidas. El presagio de la nueva hegemonía encabezada por China y los tigres asiáticos parecen haber finalmente llegado de la mano del uso autoritario del Big Data y las tecnologías de la información; esto no hace más que exacerbar la negación de la salida del escenario principal, tanto económico como político, por parte de la extrema derecha occidental, llamando a conservar la estructura del sistema-mundo actual y tomando la crisis como principal argumento para el cierre de fronteras y la lucha discursiva contra el Partido Comunista Chino.

A continuación se presenta un análisis de las acciones de los países del Lejano Oriente en relación con el uso de tecnologías de la información para controlar al Coronavirus; así como la respuesta y politización que han tomado los líderes conservadores de la ultraderecha en distintos países de Occidente.

Autoritarismo informático o de la nueva soberanía

Por un lado el modelo chino, donde sus dirigentes alegan que la democracia y las libertades individuales, por lo menos como se conciben desde la perspectiva del liberalismo imperante en Occidente desde la Revolución francesa, ponen en peligro la eficiencia en el desarrollo económico que ha vivido la potencia oriental en las últimas décadas. De esta forma el uso discrecional del poder se ha legitimado, valiéndose de las herramientas que otorgan las nuevas tecnologías y el Big Data para poner frente a los principales problemas del país, manifestándose en esta caso en la actual pandemia. Desde cámaras térmicas que mediante inteligencia artificial vigilan la temperatura corporal de los ciudadanos, elaboradas por empresas como SenseTime, en estaciones subterráneas, escuelas y centros comunitarios en Beijing, Shanghái y Shenzhen (Jakhar, 2020); hasta desarrollar aplicaciones como el Código de Salud de Alipay, un proyecto del gobierno local de Hangzhou con la ayuda de Ant Financial, que clasifican a los ciudadanos-como un semáforo en rojo, amarillo o verde que indica su estado de salud- para distinguir en dónde y con quién relacionarse, multiplicándose su uso por todo el país debido a su eficacia (Mozur, 2020); biopolítica viralizándose a lo largo y ancho del gigante asiático.

GIF. 2 (Djob Nkondo, 2020)

“Se podría decir que en Asia las epidemias no las combaten solo los virólogos y epidemiólogos, sino sobre todo también los informáticos y los especialistas en macrodatos” sentenció Byung-Chul Han y de esta forma planteamos complejizar un cuestionamiento planteado en la primera #Bit_ácora:

“Pensar en quiénes están generando los datos sobre el Coronavirus, y en manos de quiénes también deberían estar esos datos (universidades, medios independientes, laboratorios e investigador_s), para ser visualizados y analizados de manera crítica”.

El inicio del ciclo del liberalismo del sistema-mundo actual, postula Wallerstein (2001) , se enmarca en la Revolución francesa y lo que ésta planteó: la soberanía residía en el pueblo, lo cual implicaba enunciar que las instituciones y organizaciones políticas, así como las decisiones que de estas derivan, emanan del pueblo y ningún otro poder puede intervenirlas (Wallerstein, 2017).En la actualidad, respondería Byung-Chul Han que en la época actual,es soberano quien dispone de datos”, queriendo decir entonces que quien disponga de la información podrá ejercer la toma de decisiones sin interferencia interior o exterior, teniendo absoluta potestad para transformar la realidad política. ¿Podemos entonces afirmar el paso al nuevo orden mundial tras esta re-definición del soberano?

Lo cierto es que, la victoria de la Revolución francesa fue una victoria, por lo menos en dos sentidos, hueca: 1) ya que nunca hubo un acuerdo sobre quién era el pueblo; así ese concepto vacío marcó el conflicto perpetuo por la hegemonía entre conservadores, liberales y socialistas, cada uno definiendo según su visión del mundo (Wallerstein 2001); 2) ya que afirmar la soberanía no fue (ni es) suficiente, se deben instrumentar esas reivindicaciones, siendo ningún Estado plenamente soberano, siendo soberano en mayor o menor grado según cómo instrumentalice su poder (Wallerstein, 2017). Por lo que, ante estas situaciones, se nos presentan los siguientes desafíos:

  1. Crear instituciones y organismos democráticos, con mecanismos de control, para articular los grandes volúmenes de datos, así como el progreso tecnológico.
  2. Redefinir los conceptos de bien público, individuo y sus derechos en relación al uso inevitable del Big Data en la sociedad.

No podemos negar el nuevo hegemón asiático con el cual contaremos en una próxima época post-virus y el replanteamiento que esto significa para Occidente, pero solo una respuesta colectiva que se articule desde el análisis y uso crítico de los datos; así como un replanteamiento profundo de las fallas políticas y económicas de las democracias podrá garantizar que el nuevo orden que se avecina no sea peor que el actual.

Crónica de una muerte anunciada o de la reacción de la extrema derecha

Frente al modelo anterior, se pone como contraste, a los países democráticos de Occidente donde el tiempo político es más lento para la reacción ante las crisis económicas y ecológicas, así como antes las demandas sociales; sumado a la valoración de la libertad individual y la privacidad con la que cuenta su población (Bizberg, 2020). Estos países en los últimos años han vivido una oleada de líderes y partidos conservadores de extrema derecha que han posicionado su discurso desde la xenofobia, el racismo y el ataque a la globalización- entendida como la cooperación económica internacional, la apertura de fronteras a la migración y el fomento de sociedades multiculturales.

Imagen 1 y 2. Mapa de palabras de top 100 hashtags de @MLP_officiel y “covid19”, así como top 100 palabras de @santi_ABASCAL y “china”. Elaboración propia.

Un claro ejemplo lo podemos observar en lo que nos muestran las Nubes de palabras elaboradas con herramientas como WordCloud y WordArt. La primera nos muestra los hashtags que aparecen con mayor frecuencia en los tuits que utilizan los términos “covid19” y @MLP_officiel (el perfil de la líder de extrema derecha francesa) donde podemos observar términos como “test” y “masques”, los cuales acompañan a “EHPAD”-las instalaciones de alojamiento para personas mayores dependientes, por sus siglas en francés- y “migrants” como los más utilizados. Lo anterior cobra sentido cuando observamos las declaraciones de Marine Le Pen en la cadena de televisión francesa LCI: “los centros de alojamiento de migrantes ¡obtuvieron una dotación específica de máscaras durante un mes! Me hubiera gustado que fuera el caso de las EHPAD”. En la segunda Nube de palabras se nos muestran los términos más frecuentes en los tuits que utilizan los términos “china” y @santi_ABASCAL (el perfil de la líder de la ultraderecha española), de los cuales destacan “comunista”, “OMS” y “dictadura” y se enmarcan en las declaraciones del dirigente de Vox en Twitter: “Parece que la dictadura china también ha comprado a la OMS y yo les pediría que estuviéramos atentos porque dentro de seis meses, si no nos protegemos, aquí todo va a ser chino menos el virus”. La actual pandemia de COVID-19 ha sido el escenario en el cual estas fuerzas políticas han aprovechado para movilizar su agenda y expandir su visión del mundo.

Ilustración 1. Trump y la posición de la narrativa (Mcquade, 2020)

Para entender de mejor manera esta reacción de las fuerzas conservadoras, es necesario volvernos al origen de estos grupos y su ideología política. Wallerstein (2001) coloca la génesis del pensamiento conservador en 1790, ya empezada la Revolución francesa, siendo esta ideología una reacción al advenimiento de la modernidad, proponiendo invertir por completo la situación o reducir los daños y postergar los cambios de una forma más gradual, dando prioridad a grupos “tradicionales”. Paradójicamente para que la sociedad volviera a ser como era antes los conservadores optaron por tomar la vía estatal-indicador de la modernidad-y fueron aceptando sus preceptos con tal de poder utilizarlos para una posterior restauración, creando, por ejemplo, partidos políticos de corte conservador y aceptando el precepto de la “reforma legal” como método pacífico de transformación social, en este caso de restauración de las tradiciones que defienden.

Regresando a la época actual podemos ver muchas similitudes con los conservadores que van desde Trump y Abascal, hasta Le Pen y Salvini; por ejemplo en la formación de grupos políticos- como Identité et démocratie que une al RN de Marine Le Pen con otros partidos como la Lega Norte italiana de Matteo Salvini-en el Parlamento Europeo de corte antieuropeísta como herramienta de presión ante la Unión Europea, o la creación de frentes de migrantes que apoyan a estos líderes, como “Latinos for Trump”. Los grupos tradicionales en esta era ya no son la antiguas aristocracias europeas, sino que ahora la tradición a defender son la sociedad occidental y sus valores, la cual corre riesgo ante las fuerzas progresistas pero sobre todo ante Oriente y la globalización.

La visualización hecha por medio de Tableau, la cual se puede visualizar consultando en este hipervínculo, ilustra lo ya mencionado, muestra la actividad de importantes liderazgos de la extrema derecha europea y sus posicionamientos en Instagram. Se realizaron descargas de todos los posts en las cuentas de Instagram de Marine Le Pen, Matteo Salvini y de la cuenta de Santiago Abascal. Posteriormente, se filtraron los datos obtenidos limitándose a aquellos correspondientes a publicaciones generadas desde el 23 de enero — fecha en la que se reportó el primer caso de coronavirus en estos países — hasta el 28 de abril del año en curso, fecha en la cual los tres Estados pasaban por una fase de cuarentena obligatoria. Cada recuadro en el treemap representa a una publicación, mientras que el tamaño y color de estos corresponde al número de likes y comentarios obtenidos respectivamente. En la escala de color, mientras más cercano al rojo esté la tonalidad, significa que dicho contenido obtuvo un mayor número de comentarios. Así, a través de esta visualización es posible analizar el contenido producido por dichas figuras en el marco de la contingencia europea.

Ilustración 2. Santiago Abascal y VOX han liderado la organización de la extrema derecha latinoamericana como último bastión de los logros europeos transcontinentales (EC Diseño, 2021).

Lo primero que resalta es la diferencia en los patrones de actividad entre Marine Le Pen y sus contrapartes italiana y española, quienes, a diferencia de ella, han tenido una alta producción de contenido en sus perfiles. Mientras Le Pen ha utilizado en algunas ocasiones su cuenta para hablar del COVID-19 y la fallida gestión del gobierno francés, mucha de su actividad se centra en las elecciones municipales francesas de este año. No obstante, tanto Salvini como Abascal han centrado su comunicación en Instagram casi totalmente alrededor de la crisis. Abascal hace un amplio ataque al gobierno español, resaltando las muertes en el país y culpando a la incompetencia de la gestión del gobierno de izquierda. Se ha opuesto a las medidas de contención de la pandemia, como el Estado de emergencia, acusa de totalitarismo a las autoridades, e incluso ha pedido reiteradamente la dimisión del gobierno. Por su parte, Salvini -quien sobrepasa ampliamente a sus contrapartes en cuanto al uso de esta red social- ha comunicado todo tipo de mensajes desde su cuenta en torno al coronavirus, desde críticas al gobierno de Giuseppe Conte, meras dinámicas para interactuar con sus seguidores acompañadas de mensajes de #QuédateEnCasa, fotos donando sangre, hasta memes con mensajes ideológicos justificando sus acciones. Salvini se presenta como un político, padre, y amigo en Instagram; a diferencia de Le Pen y Abascal, muestra muchas caras a quienes lo siguen; mientras abraza al pueblo de Italia frente a la crisis en algunas publicaciones, en otras ataca a los “rojos”, a sus enemigos políticos y defiende la xenofobia.

Ilustración 3. Marine Le Pen (Rzeczy, 2021)

La gran incógnita viene cuando nos preguntamos si así como en su inicio los conservadores empezaron a incorporarse al entramado institucional de la modernidad para combatirla y dar un regreso de época, ante el evidente cambio en el sistema-mundo, la pregunta a plantear es qué herramientas utilizará la ola ultraconservadora para preservar el predominio de Occidente. Ya tenemos antecedentes del uso de redes sociodigitales como Twitter, Facebook, WhatsApp, TikTok, YouTube o Instagram como espacios de construcción de narrativas y de intervención en los debates digitales. Casos como el de Cambridge Analytica que han marcado el Brexit y la elección de Donald Trump, así como la victoria de Jair Bolsonaro son claros ejemplos del uso actual del que han hecho la ultraderecha para llegar a los gobiernos, obtener escaños y abrirse paso en el panorama político internacional a través del manejo de cuentas automatizadas para posicionar trending topics , el uso de “troles” para dirigir ataques contra cuentas específicas o el uso de datos personales para dirigir propaganda política. ¿sumarán a su arsenal las herramientas de inteligencia artificial y Big Data?

Tweet 1. Santiago Abascal equipara su lucha a la Reconquista española de la Península Ibérica ante los musulmanes.
Tweet 2. VOX equipara a la “Nueva Normalidad” a la entrada de migración a España.
Tweet 3. Salvini señala que a la izquierda le importan los migrantes y no el pueblo italiano durante la pandemia.
Tweet 4. Le Pen acusa a migrantes de acaparar servicios de salud, limitando el acceso de la población francesa durante la pandemia.
Tweet 5. Abascal acusa a la OMS de ser parte de la “dictadura comunista” china.

Estos tuits nos muestran críticas a la “Nueva Normalidad” como sinónimo de pérdida de poder de España ante el “tercer mundo” y del catolicismo ante el mundo árabe, así como el llamado al cierre de fronteras ante la llegada de “migrantes infectados” que hace Salvini al gobierno italiano, la oda a la construcción del muro que hace Trump para defender a los californianos y la búsqueda, por parte de Le Pen, de la prioridad nacional para afrontar la crisis. En definitiva la contingencia mundial ha servido de caldo de cultivo para ataques directos a la OMS, el gobierno chino, las personas migrantes y la Comunidad Europea, sin embargo estos crecientes ataques sólo son el reflejo del último rugido de los conservadores de ultraderecha ante la posible salida de Occidente del papel hegemónico en el sistema global.

Referencias

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Juan Pablo Martínez Díaz
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Written by Juan Pablo Martínez Díaz

Gestión Pública y Políticas Globales en ITESO. Pesimista esperanzado. Saude. Ciencia(s). Municipalista tapatío. Planificar la utopía.

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